La Asociación María Stopes, que se dedica a apoyar a mujeres vulnerables que se encuentran ante un embarazo no deseado, dio a conocer una terrible estadística: solamente el 9.2% de los embarazos en México son planeados por las mujeres. Lo que nos indica que muy posiblemente usted y yo seamos producto de que a nuestros padres se les chispoteó y no de una noche llena de amor dedicada exclusivamente buscar que fuéramos concebidos. Y en efecto, resulta terrible conocer esta realidad de la maternidad mexicana: no es lo mismo planear a tus hijos, a que te falle el anticonceptivo o te gane la cachondez y no te cuides.
Pero nos justificamos diciendo “si Dios lo mandó es por algo, ya lo esperamos con mucho amor”. Obvio, no somos seres sin corazón y no tenemos muchas opciones; el aborto sigue estando lleno de clasismo y una ILE (Interrupción Legal del Embarazo) cuesta, y no todas tenemos los mismos recursos y conocimiento sobre el tema. Y entonces pasa esto: que la mayoría de las mujeres no planea en qué momento serán madres, que traducido sin adornarlo tan bonito es: tienen hijos a la fuerza y a falta de opciones. Terrible porque entonces también viven con el miedo y la culpa de que sus hijos no se enteren de la verdad ya que les preocupa que se sientan rechazados. Abnegación y dolor es el significado de ser madre en México.
¿Qué calidad de vida le damos a los hijos cuando no son planeados? Pues mala, los descuidamos porque ahora hay que trabajar el doble, y si tenemos otros hijos nos volvemos locas tratando de administrar nuestro tiempo y la pasamos estresadas. No se diga el aspecto económico que nos abruma día a día y te pesa cuando solamente ves pasar tu sueldo sin poder comprarte algo para ti, porque ahora todo es para ellos. Yo admiro mucho a las mujeres que ante un embarazo no planeado han tenido la valentía de decidir buscar un aborto, porque traer niños al mundo para que, donde comen dos medio coman tres es bien fácil, aunque después la familia que te apoye te lo eche en cara en la primera oportunidad o el papá rehúya su responsabilidad; si se queda, ya vas de gane y tal vez haya sido educado para apoyar a la mujer en las labores del hogar y la crianza (sacarse la lotería en este país machista).
Pero que una mujer tome la decisión de abortar clandestinamente arriesgando su vida porque no pueden acceder a un aborto legal y seguro es un acto de mucho valor, ya que se van a enfrentar a la posibilidad de una muerte, a un procedimiento que puede tener consecuencias en su salud, a ser linchadas socialmente y hasta a la cárcel. Pero solamente ellas saben que no podrían con esa responsabilidad tan grande que es educar a un hijo, porque no basta con tenerlos y cuidarlos de bebés, se trata de hacer buenos seres humanos, empáticos y solidarios; de dejar la huella de nuestra permanencia en la tierra con ciudadanos comprometidos en mejorar este mundo que ya se está yendo al caño. Ninguna mujer debería tener esa responsabilidad por obligación.
La maternidad será deseada o no será.
