Por Óscar Tamez Rodríguez:
Los ministros de la suprema corte decidieron en el caso de Florence Cassez. No dijeron ni sí, ni no, sino todo lo contrario. En mayoría votaron por el amparo a la francesa que le liberaba sin embargo, las pruebas de las víctimas que le reconocieron no fueron desechadas. Vaya le liberan por vicios en el procedimiento, no porque le declaren inocente. El asunto dividió a la sociedad, entre otras cosas por el apego irrestricto a la palabra expedita. Tan expedita que a 3 horas de liberada estaba volando a su natal Francia. Seguirá dando de qué hablar porque una vez más se confirma que lo que se define como bien hecho no necesariamente es correcto.
