Tigres la anda pasando mal, muy mal. Claro ejemplo fue la Jornada 14 donde se mostraron sin forma, sin idea, sin creatividad, sin cabeza y desorganizados. Lo peor fue que trataron mal a su afición en el regreso al estadio y aunque hay una investigación de por medio, la protesta es muestra del hartazgo por los malos resultados.
Evidentemente hay crisis en el equipo, a pesar de la negación de Ricardo Ferretti. Es el único que no ve el (des) orden que tiene en el equipo, y como claro ejemplo fue el juego ante América, en el que terminaron con nueve hombres en la cancha, producto de la desesperación por el resultado en contra y posiblemente la presión de los pocos aficionados que nuevamente entraron al estadio.
Por si fuera poco, el ocurrente de Carlos Salcedo tuvo la idea de postear en Twitter su postura inconforme de su expulsión e hizo alusión a que el futbol es para hombres y no para «Barbies». Bastó ese nombre de muñecas para que pronto las feministas le reclamaran su expresión por comparar el sexo femenino con la debilidad.
Por otro lado, Tigres tiene abierta una investigación por un presunto conato de bronca por la protesta de aficionados que le reclamaron al Tuca. Y es que las quejas las traían atrasadas y al tenerlo a unos metros, pues aprovecharon para soltarle todo de su ronco pecho. La directiva aseguró que respetan el derecho a expresarse y protestar, lo malo es que no dijeron dónde aplicarán esa medida, porque en el estadio tal parece que no andaban de ánimos para andar aguantando los reclamos de la afición que los abucheó.
Aunque los corajes, gritos y enojos de la afición son de a gratis, porque nadie los obliga ver los juegos ni mucho menos ir al estadio. Eso lo hacen por gusto. Quizá se sienten con derechos por haber pagado un abono, sin embargo, eso no les garantiza campeonatos ni triunfos.
Tigres tiene en riesgo su liguilla y no jugar esta fase puede detonar aún más furia de sus seguidores.