“La derecha elige el pasado porque prefiere a los muertos: mundo quieto, tiempo quieto. Los poderosos, que legitiman sus privilegios por la herencia, cultivan la nostalgia.”
Eduardo Galeano
Un día te despiertas y te sientes como si estuvieras en el siglo XVIII y de plano te pellizcas porque crees que lo que lees es un mal sueño o una vacilada.
Eso pasó el día de hoy, cuando en las noticias nos enteramos que algunos legisladores del PAN se adhieren a Vox para frenar el avance del comunismo y firman un papel llamado Carta Madrid, contando con el apoyo del líder del partido español Vox, Santiago Abascal.
Este partido, que nació en 2013, se caracteriza por ser ultraconservador, estar en defensa de la familia, de la moral, atacar al comunismo, coartar los derechos reproductivos de las mujeres y estar absolutamente en contra de la diversidad sexual.
“Parece chiste, pero es anécdota” (ya los panistas deberían tomar la frase como eslogan) pero en pleno siglo XXI, cuando miles de hombres y mujeres en el mundo se han (nos hemos) partido la madre para vivir en un mundo con cero desigualdades y en el uso pleno de nuestra libertad se le ocurre a uno de los miembros del panismo más rancio y obsoleto, al senador Julen Rementería del Puerto, darle la mano y comulgar públicamente con las ideas del adefesio de partido español.
Sí, nomás eso nos faltaba.
Los panistas, que enarbolan en muchos aspectos el neonazismo más radical y absurdo, ahora se avientan esta puntada con el pretexto de acabar el “comunismo” que “frena la prosperidad de las naciones”.
Para los blanquiazules, que se sienten en su mayoría como una raza aparte, como paridos por los dioses, de alcurnia y ven de reojo al pueblo y a los que no pertenecemos a su “estirpe”, cualquier pretexto es bueno para querer avanzar en su intento de perpetuar el poder económico con base en crear esclavos, trabajadores mal pagados que sirvan para acrecentar su riqueza cuyos cimientos son la corrupción, la tranza y la mentira.
La nota, de escándalo sin duda, causó el enojo de legisladores de izquierda como la diputada Rosa María Hernández Espejo, quien por medio de sus redes sociales repudió la carta en cuestión y dijo:
Exigimos que se dé a conocer y se clarifique la carta que senadores del PAN -bancada que preside Julen Rementeria del Puerto – dé a conocer el contenido de la carta que firmó con la corriente de ultraderecha de España; de ideología que pone en peligro la estabilidad del estado mexicano por su radicalismo y conservadurismo extremo. La sociedad tiene derecho a saber.
No solo ella, miembros de su partido, Morena, a través de un comunicado, repudiaron la postura de la bancada del PAN y calificaron a Carlos Abascal de fascista, franquista y ultraderechista, condenando el odio y el racismo.
Varios panistas también se desligaron de semejante aberración, algunos, sin duda, de dientes para afuera o curándose en salud, pero al menos externaron su inconformidad.
Lo bueno es que sólo quedará como chascarrillo de fin de semana.
Lo malo es que vemos con horror que en el país sigue predominando la hipocresía, la cerrazón y la estupidez de unos cuantos cavernícolas que se vanaglorian de su puritanismo como si al defender un conservadurismo arcaico fueran a ser mejores personas.
Concluyo con una frase que viene muy a propósito a lo que aquí escribo:
“La izquierda es partidaria de la cultura de masas. La derecha de la cultura de misas.”
JAUME PERICH
O ¿qué opina usted?