Todos lo necesitamos…
Casi todo mejora con suficiente tiempo y atención. La salud, las relaciones, los aparatos y hasta los espacios físicos; hay que dar mantenimiento, hay que saber hacer presencia. Sin embargo, nos falta cultura. Estamos tan obsesionados con el consum- ismo y con presumir que cuando ya tenemos el objeto que queríamos inmediatamente empezamos a desear otro, uno más grande, más bello, más nuevo, diferente. Y el que recién habíamos conseguido deja de importar.
El ser humano no se conforma con lo que tiene, y esto se nota especialmente en quienes viven en las grandes ciudades. El ritmo de vida nos abruma con el deseo de “ir por más, como dicen las mamás, “no tenemos llenadera”. Nuestro vacío y las ganas de saciarlo se evidencian cuando tenemos una casa preciosa, pero queremos una más grande; un coche perfectamente funcional, y lo cambiamos por uno más nuevo; sufi- ciente ropa y aún así seguimos comprando.
Creemos que comprando vamos a encontrar la felicidad y terminamos sintiéndonos más tristes que al principio porque en realidad ya tenemos todo para ser felices, en otras palabras, ya hemos encontrado la felicidad, lo único que se necesita es manten- imiento.
Necesitamos mantenimiento en nuestro cuerpo, haciendo ejercicio y comiendo bien. El mantenimiento también debe ser para nuestra mente, al meditar, al dejar ir pensamien- tos nocivos y tener un actitud agradecida que nos lleve a vivir un vida más plena. Debemos cuidar nuestras relaciones, pues los vínculos son como un ente vivo que crece y se fortalece o bien se debilita y muere, depende de lo que hagamos. Nuestra pareja también necesita cuidado y atención, el amor no se puede garantizar si no lo estamos alimentando.
Todo, absolutamente todo, necesita mantenimiento, tiempo y dedicación. El manten- imiento empieza por nosotros mismos, nuestro interior, y debemos extender la práctica a nuestro entorno, pareja, familia, amigos y luego, más allá, a la casa, la colonia, los parques, la ciudad.
Hacernos conscientes de que todo requiere mantenimiento, es hacernos conscientes de lo valioso que tenemos alrededor de nosotros.