Desde el centro la sentencia está echada. Para Nuevo León, el hermano mayor de los estados separatistas, de quienes se revelaron contra la 4T, los recursos federales serán a cuentagotas.
Andrés Manuel y sus acólitos le darán una lección de negociación. Traer agua de otros estados, imposible. Construir extensiones de trenes urbanos o sistemas colectivos metros, cero.
Estadio de futbol, salvo inversionistas de escasa reputación, con dinero a raudales, para lavar, los recursos de cuello blanco o de los cárteles del crimen organizado.
Nos conmueve la brecha tan profunda, entre la CdMx y la provincia. Nos echan en cara nuestra soberbia. La poca disposición a la empatía.
Debemos aprender a crecer con la comunidad coreana, con los centroamericanos, con toda la oleada de haitianos. Contamos con capital humano. Para levantar empresas sociales.
Para dar la mano a quienes los vemos vagando. Quienes batallan para hacerse entender. Samuel García o Aldo Fasci, no asustan a los criminales. Les pasan frente a sus dormitorios. Armados y sin ser molestados.
En el Nuevo León del 2022, de la sequía, de la hambruna, de la pandemia, de la ceguera, de los negocios fabulosos de los protagonistas de Movimiento Ciudadano. De los diputados locales aprobando todo a su majestad.
Nos hundimos no en la carestía, sino en el lodo húmedo de nuestro clasismo. Cinco años más de caída libre.