En otros tiempos cuando pensabas en un Funcionario Público, pensabas en una persona preparada, aquí no hablo de corrupción, si no de alguien que había estudiado, que sabía de leyes, que sabía como hacer proyectos de reforma, que sabía como relacionarse con sus homólogos extranjeros, que vestía de acuerdo a su encomienda, a esa persona se le respetaba y hasta decías yo quiero ser como tal o cual porque te inspiraba respeto.
Tristemente vemos como la Cámara de Senadores en los últimos años se ha vuelto un lugar lleno de oportunistas que muchas veces ni siquiera saben leer, y se entiende que en la Constitución no dice que debe ser una o un ciudadano con preparación académica, por que así se le da oportunidad a cualquier persona para representar a la comunidad y solicitar los recursos necesarios para el distrito o estado que representa.
Dicho esto, puedo decir con molestia que hay diputadas o diputados o lo que se hagan nombrar del partido al que pertenece el inquilino de Palacio Nacional, que solo son levanta dedos, agreden porque no saben hacer nada y a eso se dedican y no tienen la menor idea de lo que debe hacer un legislador, es más, peor aún no conocen la Carta Magna, ni siquiera saben cómo llegaron ahí ocupando curules que no les corresponde.
Hoy por hoy el que no estudia es porque no quiere, pues hay escuelas en línea a bajo costo y hasta gratuitas para aprender a desarrollar las capacidades intelectuales, así que una de las reformas constitucionales que debe haber es que los Diputados Federales y Senadores obligatoriamente deben tener carrera Profesional para que puedan ser personas con un criterio más maduro y sean más conscientes de lo que en realidad se debe legislar, si en México no hay un cambio radical en ese sentido y sigue llegando esa gente ridícula, ignorante y sumisa a las Cámaras estaremos destinados a ser un país de igual manera en donde la corrupción, la impunidad y la vergüenza impere.