Lo que se piensa, lo que se percibe y lo que se realiza, depende en gran medida del sistema nervioso, gracias al cual podemos gestionar cada uno de los procesos que se llevan a cabo en el cuerpo además de recibir (visión, audición, gusto, olfato y tacto), procesar y trabajar con la información que este y el medio nos proporciona.
Se describe como potencial de acción a la onda (plan de gobierno) o descarga eléctrica que surge del conjunto de cambios que sufre la membrana neuronal (presidente, gobernador o alcalde) debido a las variaciones eléctricas (sociales) y la relación entre el medio externo (sociedad) e interno (gobierno) de la neurona.
El potencial de acción cuenta con la particularidad de seguir la llamada ley del todo o nada. Es decir, se produce o no se produce (salud, seguridad pública, economía, educación), no existiendo posibilidades intermedias. Sin embargo, puede verse influido por la existencia de potenciales excitatorios (manifestación) o inhibitorios (represión) que lo facilitan o dificultan.
Todos los potenciales de acción van a tener la misma carga, lo que puede variar es su cantidad. Por ejemplo, un mensaje sea más o menos intenso (la sensibilidad del dolor ante un puñetazo, la inseguridad, la economía, la salud, pobreza, hambre, etc.) no van a generar cambios en la intensidad de la señal, sino que únicamente va a provocar que se realicen potenciales de acción más frecuentes.
Hay que destacar que el hecho de que el potencial de acción se origina en un punto concreto de la neurona y ha de ir produciéndose a lo largo de cada uno de los puntos de esta que le siguen, no pudiendo volver la señal eléctrica atrás.
El potencial de acción se produce a lo largo de varias fases, que van desde la situación de reposo inicial (inicio de sexenio) hasta el envió de la señal eléctrica (administración federal, estatal o municipal) y por último la vuelta al estado inicial (año electoral).
En fisiología nos enseñaban que el ciclo inicia como potencial de reposo el cual es el estado basal en el cual aún no se ha producido alteraciones que conduzcan al potencial de acción. La despolarización (acción muy frecuente en el gobernante) es la segunda fase en la cual la estimulación genera un cambio en la membrana a través de la bomba de sodio/potasio permitiendo un cambio en la carga.
En la repolarización el potencial y la membrana se hace cada vez más negativos (como al final del sexenio o de cualquier administración). Continúa la hiperpolarización (especialidad de AMLO) en donde la carga eléctrica de la membrana (sociedad) se va haciendo cada vez más negativa hasta el punto de hiperpolarizarse, llegando a un nivel de carga negativa que incluso supera la del estado de reposo.
El potencial de reposo genera que poco a poco vaya entrando carga positiva dentro de la célula, lo que generar regresar a su estado basal, como en todo inicio de sexenio en donde el gobernante cuenta con el beneficio de la duda y la esperanza puesta en el nuevo supuesto nuevo sistema.
La administración neoliberal encabezada por Carlos Salinas de Gortari que respondió con uno “Ni los veo, ni los oigo”, hasta la administración actual de la supuesta izquierda de AMLO en donde como declaro “No oigo” al ser cuestionado por los jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, están plenas con muestras de alteraciones neurológicas.
La alteración en ambos sexenios es clara, ya que la percepción de la audición y la visión se presentó alterada, disminución de la sensibilidad del tacto, con anosmia ya que olfato no hay, el único sentido fue el gusto por el poder. Independientemente del PRISMA con el que se vea.
Epílogo: Se describe como calambre a la tensión inesperada de uno o más músculos. En ocasiones pueden ser muy dolorosos.
En la presente administración federal encabezada por el presidente López Obrador presumen el superdolar como lo hiciera Carlos Salinas de Gortari en su sexenio, esperemos que no suceda un calambre económico como el error de diciembre de 1994 al final de la presente administración, al tiempo.