La atención a la salud y la prevención de la misma que otorga el IMSS, está más allá que un área climatizada o del mal funcionamiento de elevadores.
El Instituto Mexicano del Seguro Social, pese a fallas en la distribución de medicamentos o áreas administrativas, es nuestra mejor opción en la salud.
En Nuevo León, el Seguro Social, a través de sus Unidades Médicas Familiares, brinda a diario miles de consultas preventivas y sus dosis de medicamentos.
En hospitales de especialidades, como el 2, 33, 21, 25, cardiología, ginecología, y otros, se atienden más pacientes que en cualquier hospital privado.
Un ejemplo. En trasplantes renales el hospital 25, de Lincoln, se realizan más que en todos los hospitales privados del Estado, además de otros órganos.
En cardiología y ginecología, también es lo mismo. Además de seguimiento en el tratamiento posoperatorio, que, en el privado, tiene costo elevado.
Su personal médico, en sus diferentes especialidades, enfermeras y auxiliares, con su capacidad y profesionalismo están al mismo nivel de los particulares.
Así como el personal del IMSS tiene deberes, los usuarios estamos obligados a cuidar las instalaciones de las UMF y Hospitales para un mejor servicio.
Como usuarios tenemos derecho a exigir a empleados o trabajadores que le tengan lealtad al Instituto y no atentar ellos mismos contra sus instalaciones.
Acudir a una consulta privada tiene costo económico y tiempo. Ir al Seguro, solamente cuesta tiempo y paciencia, por sobre el volumen de asistencia.
Los derechohabientes, que en conjunto sumamos millones a nivel nacional, debemos valorar al IMSS y no desacreditarlo con quejas mediáticas mal intencionadas.