Hoy es un día muy importante en el santoral católico, e incluso de otras religiones cristianas. Hoy se celebra el Día de la Santa Cruz. Según la tradición el año 326, Santa Elena, viajó a Jerusalén para visitar los lugares santos. Sobre el Monte Calvario había un templo a la diosa Venus, que la emperatriz mandó demoler. Al excavar en el sitio encontró la cruz donde Jesús fue crucificado. En ese mismo sitio mandó edificar la hoy es la Basílica del Santo Sepulcro.
Es curioso que la leyenda de la Santa Cruz involucre una demolición y luego una edificación. Sobre todo porque al menos en México este día también se celebra el Día de los Albañiles. La tradición obliga a que los trabajadores de la obra por lo menos pongan una cruz adornada en lo alto de la construcción en que trabajan. A esto sigue la celebración, una vez terminada la jornada, con una típica taquiza de los famosos “tacos de albañil”.
Esta fiesta es que involucra a uno de los gremios más humildes de México. Incluso suelen trabajar en condiciones extremas y muchas veces sin seguridad social. También es común ver que edifican residencias suntuosas, pero ellos mismos viven en casas rentadas; o propias, pero construidas en ratos libres y con materiales pobres.
Tal vez este gremio represente más las profundas desigualdades sociales que existen en México. Aunque son generadores del desarrollo urbano y la comodidad de las familias, ellos mismos viven prácticamente al margen de ese desarrollo y con solemne humildad.
En estas circunstancias, sorprende la forma cómo toman la vida. Para cualquiera en su lugar, sería una constante frustración. Sin embargo, pocos gremios asumen su trabajo con tanto optimismo, y festejan su día con tanto entusiasmo. Seguramente mucho tiene qué ver una mística personal y gremial respecto al trabajo mismo. Esa satisfacción levantar algo de la nada. Ese legítimo orgullo ver impecable en resultado de su esfuerzo.
Esto es algo a lo que no todos están acostumbrados. El trabajo bien hecho es ya una satisfacción en sí misma, y claro que nos causa un cambio positivo en la manera de vivir y ver el mundo. Definitivamente, les debemos a los albañiles nuestras casas y edificios, pero además una lección de vida, una forma optimista de ver al mundo a pesar de las adversidades y carencias.
¡Felicidades a todos los humildes trabajadores de la construcción!
ENFOQUE MONTERREY en Radio Beat, 90.1 FM
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