En nuestra patria, a partir de octubre, por primera vez tendremos a dos mujeres al timón de esa gran nave llamada México.
Y todo indica que en Estados Unidos, tendremos nuevamente a nuestro «querido» Donald Trump, quien por primera vez será el presidente que regresará a la Casa Blanca para un nuevo período no consecutivo desde 1893.
Claudia Sheinbaum Pardo será presidenta de México, respaldada por una abrumadora e histórica votación, aproximadamente 35 millones de votos. Además, contará con las Cámaras de Senadores y Diputados como aliadas.
Donald John Trump es casi seguro que a sus 78 años se convertirá en el presidente número 47 el próximo 20 de enero de 2025, en la tradicional ceremonia que se realiza en Washington. También llegará con una gran mayoría en sus respectivas cámaras, dado que, previo a la elección presidencial del próximo 5 de noviembre, los demócratas parecen desorganizados.
Sheinbaum será presidenta de México, y Rosa Icela Rodríguez Velázquez, nacida en San Luis Potosí y periodista de profesión, será la Secretaria de Gobernación.
El republicano Trump tiene la delantera en cualquier encuesta frente a un debilitado Joe Biden. Después de una actuación poco favorable en el debate de Atlanta, la situación de Biden cambió drásticamente. El atentado sufrido por su adversario ha afectado gravemente la posición de los demócratas.
En México, Claudia será presidenta y Rosa Icela, Secretaria de Gobernación. Con nuestros vecinos del norte, Donaldo Trump será su contraparte, mientras que el senador por Ohio, JD (James David) Vance, será el vicepresidente. Vance ha sido calificado por algunos como un «clón» o «mini-me» del magnate de Nueva York.
Ambos, Trump y Vance, son radicales y abiertamente poco amigables con América Latina, especialmente con México; además, son poco tolerantes y escasamente inclusivos.
En ocasiones parece que ambos olvidan convenientemente que sus respectivas esposas vienen de familias migrantes: Usha Chilukuri Vance, de origen indio e hija de inmigrantes, y Melania Trump, que proviene de una familia de los Balcanes.
No obstante, Claudia y Rosa Icela tienen la capacidad de enfrentarse a ellos con la frente en alto. Aunque algunos puedan opinar lo contrario, ambas no son para nada inofensivas y tienen muy clara la responsabilidad histórica que les toca.
Trump no tiene problemas en potenciar sus fortalezas y revertir sus debilidades. Convertido en una especie de «pop star», ha asegurado su posición como candidato republicano, logrando que hasta sus adversarios dentro del mismo partido y en varios sectores del poder judicial, que antes buscaban encarcelarlo, lo terminen «adoptando» como su «tlatoani».
Mientras tanto, Biden sigue enfrentando dificultades, y muchos aseguran que podría declinar antes del 19 de agosto, fecha en la que el Partido Demócrata realizará su convención en Chicago, donde sus delegados de los 50 estados confirmarán la fórmula presidencial.
Hasta este momento, Joe Biden y Kamala Harris siguen siendo la fórmula, aunque aumentan los rumores de que la actual vicepresidenta podría ser la que encabece la candidatura.
En Estados Unidos, el dinero para las campañas electorales fluye masivamente hacia los candidatos. Sin embargo, en el caso del presidente que se aferra a la reelección, los grandes donantes están disminuyendo dramáticamente, lo que preocupa enormemente a los demócratas. Simplemente, Biden no tiene dinero, mientras que Trump tiene de sobra.
Es un hecho que, a partir de enero, veremos en México una verdadera transformación. Por primera vez, una dupla femenina les «pintará cara» a otros que muchos califican como misóginos, altamente preparados para el «show» mediático y que disfrutan arrinconar a sus oponentes.
Es hora de pensar en México, dejar atrás el pasado y respaldar a nuestros gobernantes.
Sin embargo, muchos consideran que la figura de Lázaro Cárdenas Batel, como jefe de gabinete presidencial, puede ser más útil de lo esperado. Después de todo, la política es de circunstancias y la capacidad para adaptarse a ellas.
El narcotráfico, la inmigración y el TMEX, que deberá ser revisado pero no renegociado, serán las grandes asignaturas que privilegiarán la agenda multilateral entre México y Estados Unidos.
Qué paradoja: esa bala que buscaba acabar con su vida terminó por «disparar» la popularidad de Trump.
¿Será que los mexicanos tendremos que ponernos un parche en el oído derecho?
¡No vaya a ser la de malas!