— Fui priísta mucho tiempo, dejé de serlo creo que en la época de Fox y me convencí de que el PRI era una escoria en la de Peña Nieto.
— Nunca pude ser panista, en la época de los 80 – 90 le reconocía que era un partido sólido con miembros muy destacados. Sabía que como organización era mas partido que el PRI. No era tan malo como el PRI.
— Alguna vez voté por algún candidato del PRD, nunca por el PAN ni por Morena.
— Me costó mucho votar en la elección pasada, por ejemplo, Margarita Zavala. Lo odié.
En conclusión, formo parte de una masa amorfa de ciudadanos de la tercera edad sin partido.
Después de la debacle de la oposición en las elecciones pasadas, no entendía como los analistas políticos se avocaron a criticar al electorado que refrendó a la 4T. Lo que eso sea. Les dijeron ignorantes, pastoreados por los programas de bienestar, pobres sin educación, etc. Le regatearon la capacidad de tener un voto razonado.
Hubo, hay, una ausencia de análisis crítico sobre las razones del triunfo de Morena, de la debacle de la oposición, más allá de las prácticas de acarreo y manipulación, que sin excepción alguna todos los partidos en el poder las han utilizado, con mayor o menor descaro. Las estadísticas nos dicen que no sólo los pobres e ignorantes votaron por Morena. Nadie ha realizado el esfuerzo de analizar el valor de lo que sí funcionó en el Gobierno de López Obrador, que movió a la gente masivamente a votar por Claudia. O de lo que caló hondo en la sociedad para no votar por el Frente y suponer que la 4T era menos malo.
Preocupan las transformaciones institucionales, pero…
— Sé que es muy grave lo que puede suceder si la Reforma al Poder Judicial cuaja sin moverle una coma al proyecto. Pero de que hay elitismo, corrupción y derroche de recursos creo que nadie lo duda.
— El INE debiera tener autonomía plena, Pero es otro organismo elitista, derrochador, coto de intelectuales reconocidos entre los que se encuentran Woldenberg y afines que se arraigaron con la ciudadanización de las instituciones electorales, que duró lo que un suspiro, para dar paso a las cuotas de poder. Que tan autónomo era, no lo sé.
— El INAI es sin duda una gran institución, pero ¿habrá indicadoras de su eficacia social? Será que solo lo aprovechamos ONG o ciudadanos con intereses muy específicos. Tengo la impresión de que el 99% de la población no ha usado, no ha necesitado los servicios de acceso a la información. Quizá exagero pero es mi percepción.
¿Qué viene? ¿Qué debiera suceder para que la gestión administrativa que está por entrar sea más objetiva, mas adecuada a lo que quisiéramos todos los que nos sentimos la oposición?
No lo sé. Pero estoy segura de que criticar desde nuestras ventanas cada decisión que se tome, cada proyecto que se proponga desde la 4 T no cambiará nada. Estamos negando la política entendida como el arte de lo posible.
¿Por qué no detenerse analizar y formular propuestas posibles, plausibles, negociables? ¿Por qué no?
¿Por qué no cambiar el modus operandi de criticar todo? No funcionó.
No digo que no deba haber crítica, sí. Bienvenida, pero no solo crítica, eso es lo que no funciona, meno ahora porque el gobierno de Claudia Sheinbaun tiene el respaldo para hacer lo que se proponga, con menor desgaste que el de López, porque éste ya hizo la cirugía mayor, el cochinero pues.
¿Por qué no? Los matices propositivos, las acciones en las que no están pensando, nuevos proyectos, propuestas para mejorar lo hecho.
Mi madre decía en el pedir está el dar. Si las puertas se cierran porque la crítica es autista y si el tema importa, busquemos nuevas formas de ser escuchados.
No creo, además que pueda ser a través del partido de Alito, de Marko Cortés, bueno, tampoco con Madero y Cecilia Soto.
