Los que merecen mención aparte en la lucha contra las epidemias que nos han asolado, son los elementos del personal de la Secretaría de Salud en Nuevo León, la cual encabeza la doctora Alma Rosa Marroquín Escamilla.
Especialmente tras las benditas lluvias, que, si bien trajeron bendiciones a Nuevo León, también dejaron una colosal tarea al equipo de trabajo de la secretaria de Salud, quien, hay que reconocerlo, ha hecho gran labor social y de prevención de enfermedades tras el azote de la tormenta Alberto.
Marroquín Escamilla al frente de la dependencia estatal no ha parado un solo día, llevando brigadas médicas a las comunidades afectadas por el paso del ciclón, en todos los rincones de Nuevo León, buscando sobre todo contrarrestar la epidemia de dengue que actualmente se vive en la entidad.
Peeeeero… Y aquí va el gran pero, el trabajo afanoso de Salud estatal de nada sirve si no cuenta con el apoyo de los alcaldes, quienes andan más preocupados por irse de vacaciones antes de que se les acabe el verano.
Tal es el caso del inefable David de la Peña Marroquín, presidente municipal repetidor en Santiago, Nuevo León, quien pone la muestra que a pesar de que los municipios deben ser los primeros respondientes, por falta de voluntad más que otra cosa, no han podido emparejar el paso de las huestes estatales.
Y esto daña a la vecindad, a nadie más, porque el alcalde De la Peña Marroquín duerme en la babia de un cuarto hermético y climatizado a donde no llegan los zancudos.
Así las brigadas médicas de Alma Rosa han puesto el ejemplo para tratar de controlar la propagación del mosquito que suele provocar graves daños a la salud de las personas y la pregunta que queda en el aire es: ¿Y dónde están los alcaldes?
¿Cancún o Punta Cana? He ahí la cuestión.