“Muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido”
Don Pedro Vargas
Las nuevas generaciones seguro no lo conocen, pero don Pedro Vargas fue un importantísimo cantante, actor y presentador de TV del siglo pasado.
Nacido en 1906 en San Miguel de Allende, desde pequeño descubrió su vocación por el canto y muy joven viajó a la ciudad de México en donde su voz le dio la oportunidad de conseguir una beca para estudiar y seguir preparándose.
Su tesitura y natural entonación fueron producto de la formación operística que tuvo, sin embargo se inclinó por la música popular y en ella recibió el reconocimiento del público que le llamó “El Tenor Continental”, “El Ruiseñor de las Américas” y “Samurai de la Canción”.
Fue anfitrión de innumerables programas de TV, todos musicales, en los que tenía invitados y cantaba; al finalizar cada emisión, como lo hacía en los teatros o centros nocturnos donde se presentaba, pronunciaba una frase que se hizo famosa con él: “Muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido”.
Pues así, como don Pedro Vargas, muy agradecido, me encuentro con el alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, por haber atendido la lógica e impedir que siguiera la reducción de nuestras calles con la ampliación de banquetas y desaparición de carriles.
Repito, reitero y sostengo: nadie está peleado con una ciudad más humana y amable con los peatones, pero antes de ello debemos resolver la crisis de movilidad que nos ahorca y para conseguirlo es necesario resolver el gravísimo problema de un sistema de transporte urbano inútil, incapaz e insostenible. No se puede dar el paso dos, sin antes haber dado el paso uno.
Soñar con ciudades europeas está muy simpático, pero no pasa de eso, un desvarío producto de la imaginación y absolutamente alejado de la realidad. Ojalá que el ejemplo de Adrián lo sigan otros, como Héctor García en Guadalupe y detenga el proyecto de ampliación de banquetas en Las Américas y la conexión del Parque España con la Expo, porque si continúa terminará por colapsar la frágil movilidad de su municipio.