“La experiencia es algo que no consigues hasta justo después de necesitarla”
Sir Laurence Olivier
El tiempo vuela y eso deberían de tener en cuenta algunos jóvenes recién llegados a la política que por cualquier causa, razón o circunstancia, tuvieron la fortuna de sacarse el boleto ganador de la rifa y alcanzaron un cargo público.
Apenas arrancan y los traspiés, desatinos y errores cometidos por ellos y sus amigos que colocaron en diversos cargos, apenas se notan y no alcanzan a trascender; hoy todo es miel sobre hojuelas porque, como en los matrimonios, la luna de miel es bien sabrosa, pero pronto termina.
Ellos, los recién llegados, tienen aspiraciones políticas y ya están soñando con pegar el brinco en el 2027 y, aunque usted no lo crea, por su mente ha cruzado la posibilidad de suceder al Gobernador del Estado, pero resulta que están más verdes que la hoja de un árbol en primavera y que, aunque lo quieran ignorar, nadan en un mar infestado de tiburones.
¿Qué futuro pueden tener Manuel Guerra, César Garza Arredondo, Jesús Elizondo o incluso Héctor García al lado de la experiencia y colmillo de Adrián de la Garza, Daniel Carrillo, David de la Peña o Andrés Mijes?
¿Cómo podrán superar los novatos recién llegados la presencia mediática de un Carlos de la Fuente, Lorena de la Garza o Ivonne Álvarez?
Se tienen que aplicar y ya, necesitan ponerse las pilas y trabajar duro, muy duro, si es que acaso quieren ya no alcanzar otros cargos sino simple y sencillamente repetir, porque ya no será tan sencillo.
La cobija tiene un tamaño y alcanza sólo para unos cuantos, de manera que si quieren estar debajo de ella, es tiempo de que se pongan a pensar en qué es lo que van a hacer, antes de que pasen los días y ya no haya manera de recuperar el tiempo perdido.