La oposición mexicana, es de coyunturas; dejó de ser partidista. Desde que la marea rosa, salió en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), el año pasado las grandes avenidas fueron tomadas por los ciudadanos, en un afán por separarse de las organizaciones políticas, representó la disminución de los partidos.
La estrategia de los dirigentes de la masiva marcha, evitaron convocar a la partidocracia.
Resultó eficaz la convocatoria.
Miles de ciudadanos se sumaron al “INE no se toca”.
Los que resultó un éxito, en el sentido ciudadano resultó un fracaso para la dinámica partidista: sobre todo, la de la oposición.
Otro error de los organizadores fue la realización del evento, “sin rostro”. Eso impidió la emergencia de nuevos cuadros que oxigenaran los desgastados dirigentes de un panismo cada día más degradado e ineficaz.
Al final del evento, solo quedaron los “ciudadanizados” convocantes de la gigantesca movilización; tomaron las portadas de los diarios nacionales fifís, para desaparecer a los pocos días por la dinámica acelerada de la vida noticiosa.
Luego fueron borrados de la faz informativa por la marea de La Mañanera.
Fue una victoria de unos días.
Ni los partidos de oposición lograron obtener ventajas; ni el movimiento generó frescos dirigentes; ni la candidata del PAN llevó agua a su molino ni mucho menos Claudio X. González, sacó raja del acontecimiento.
Fue eso sí uno de los triunfos más sonados en todo el sexenio de AMLO, de la oposición.
En el sexenio de Claudia Sheinbaum Pardo, poco se han visto manifestaciones de ese tipo. Pareciera que se cansaron los opositores; no se ve la rijosidad del anti-AMLO y menos la ira desbordada en las calles en contra de la presidenta Claudia.
El panismo, ha sido encapsulado en la vida parlamentaria en el Congreso y en el senado. Y en el ese ámbito, sabemos cuál es el futuro de los opositores con una mayoría calificada en los dos plenos.
El último reducto de los opositores era el Poder Judicial. Desde ahí, organizaron la más consistente y maciza oposición. Lo mismo pasó con las manifestaciones a convocatoria de los Magistrados cuyos sueldos millonarios e inmorales, les hacía estar a la sombra de los eventos, por todo el país. Los más humildes trabajadores, llevaron sobre sus hombros la defensa de los privilegios de los prohombres que imparten la justicia.
Poco está quedando, de ese bastión.
Algunos Magistrados se han retractado, de su infructuosa actitud y empezaron a negociar la entrega de la Suprema Corte de Justicia; y algunos jueces ya declinaron de su actitud de resistencia y pasaron a una pose conciliadora confirmando que van a participar en la elección de los nuevos juzgadores.
La misma historia de “el INE no se toca”.
El mismo cuento de Claudio X.
¿Qué lleva a la oposición a apoyar causas perdidas?