He conocido personas que nacen con mala suerte, mal fario; el clásico que compra todas las terminaciones en una rifa y cae en letra. Me recuerda al “Mala Raya” personaje de historieta en blanco y negro de mis recordadas infancias, todo le salía mal y con frecuencia cuando sus amigos le encontraban preguntando cómo le iba respondía con resignación: bien… pero es igual.
Colita de caballo es caso ejemplar, hablando desde que llegó a ser la presidente de México, toda proporción guardada con Samuelito el mentiroso al que todo le ha salido del cocol; de once reyertas que ha iniciado no ha ganado una y si usted es de los que refutan hablando de que llegó a la gubernatura, se equivoca, Sami no ganó, perdieron los obcecados y necios que pensaron que cosecharían la tibieza y malas acciones del Bronco y sus corifeos que empeñados, se sentían ganadores porque revivirían el Partido aplanadora de otros años.
Mentiroso llegó con una mano atrás y una adelante, aunque sinvergüenza acompañado con una gavilla de pandilleros sin oficio y la ilusión de Juan ciudadano, una cara de padrotito de colonia y de pareja una jovencita que lo único que vendía era su frescura y buen ver, hicieron que la chusma ilusionara ooootra vez soñando que ahora sí, era la nueva oportunidad. Fallida decisión
Es similar a lo que paso a colita de caballo. No ganó, el que triunfó fue el mago Merlín y sus exquisiteces económicas del programa Bienestar, pero al paso de un mes, la niña de mis ojos se ha dado cuenta que está sentada en un hormiguero elucubrando la misma frase y pensamiento que esbozó mentiroso, “pensé que gobernar, era más fácil”
Olvídese de las cuentas pendientes y los saldos rojos que dejaron una Hacienda famélica a punto de irse al abismo, nada más un par de tentáculos de la hidra de las mil cabezas, puedo asegurar que le quitan el sueño. El pleito con el Poder Judicial y el resultado de las elecciones gringas, que loquillo se llevó el gato al agua, a colita de caballo le va de la ruina y lo que sigue.
La señora Norma Piña le ha puesto el cascabel al gato y trae a la señora presidente como trapo de cocina o como limón de cantina a las tres de la mañana, exprimido y sin futuro que no sea la basura y cualquier decisión que tome doña Claudia será retroceder y aceptar que fue derrotada, aunque sus corifeos lame-suelas Adán Augusto, Monreal y el bufón de la corte Fernández Noroña, que de porro ascendió a miembro de la realeza de los buenos modales, griten a los cuatro vientos que se las comen vivas y las zurran muertas.
En el panorama internacional, las cosas pintan entre malo y peor, si hubiera ganado la señora de la risa fingida, ya le había adelantado que el TLCAN era letra muerta y si se llegara a firmar un nuevo acuerdo, será con otras normas que en nada nos beneficia, al llegar loquito-loquito, ya se ha de imaginar, no quiero ni pensar después de la bravuconada que lanzó a palacio nacional mexicano.
Por más que no queramos aceptar, falta el mago de la feria con el cinismo de la carpa, que hacía desaparecer el conejo de la chistera. Nada era cierto, pero nos tenía asombrados con su programa del hombre araña, el tigre come-hombres y la mujer barbada