“Nadie más muere que el olvidado”
Gregorio Marañón
Son los tiempos que nos toca vivir, somos desmemoriados, olvidamos todo, incluso los escándalos más grandes, con suma facilidad.
Nos hemos acostumbrado a vivir en un juego de malabares en el que una novedad suplanta a la anterior y vamos desechando recuerdos, historias, nombres, personajes, conservando sólo aquellas cosas que nos resultan cercanas o relevantes.
Así, aquella historia de familias que habitaban en tejabanes en el predio conocido como “El Pozo” y que se consumieron en un voraz incendio el 1 de enero de 2022, pocos la recuerdan. Un buen número de ellas fueron reubicadas en Escobedo, pero otros muchos se negaron a la movilización e insistían en que esos terrenos fuesen legalizados lo cual era imposible por tratarse de propiedades del gobierno federal.
Movilización de la sociedad en pleno, promesas, apoyos, más promesas, estudios y más promesas, el hecho es que no hubo justicia ni hubo ayuda para todos los afectados.
Han pasado más de dos años de la muerte de Debanhi Escobar en Escobedo y diese la impresión de que ha sido mucho más tiempo. Su muerte ha quedado en el olvido.
Su padrastro llegó a ser candidato a diputado por Movimiento Ciudadano en las pasadas elecciones sin alcanzar el triunfo y todo indica que hasta ahí le llegó la fama, porque nada más se ha vuelto a saber de él.
El escándalo que cimbró a la sociedad regiomontana y que fue el inicio de la caída del entonces Fiscal General, Gustavo Adolfo Guerrero, permanece en el olvido, pero para los habitantes de la metrópoli regia es tema pasado, historia muerta.
Y como esos casos muchos más, de grandes y pequeñas proporciones. Historias desgarradoras de injusticias que no tienen castigo y que únicamente permanecen en la memoria y recuerdo de quienes las padecieron.
La modernidad nos ha recubierto de un blindaje que nos permite desechar cualquier cosa, por muy escandalosa o fuerte que esta sea; unos días, unas semanas, y todo se olvida, todo pasa a un segundo término pues llega una nueva noticia a llenar los espacios.
Sería ideal el encontrar un mecanismo para que ciertos temas no se fueran al archivo de “nunca jamás”, que tuviésemos como sociedad una memoria que nos recordase, de cuando en vez, que mantenemos una deuda y que tenemos un asunto pendiente por resolver como comunidad.
Estoy seguro que al leer estas líneas usted ha podido recordar uno, dos o tres casos similares de asesinatos o escándalos, de grandes fraudes o robos, de sonadas historias que han puesto en vilo a los regiomontanos y centrado la atención de todos.
Tendríamos que encontrar una manera de impedir el olvido.