“Fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos”
Pedro Calderón de la Barca
Resulta sencillo ser populista. Disfrazarte con un overol y lanzar consignas (sobre todo si hay medios de comunicación presentes) es fácil. Pero cuando revisas a fondo la imagen completa y te das cuenta de que el ropaje es de marca, que ahí hay peinado, maquillaje y accesorios de valor, empiezas a cuestionarlo y terminas por comprender que todo es un montaje, una falsa pose, algo que esconde otro propósito. No me cabe en la cabeza la declaración de ayer de Rebeca Clouthier en nombre del “Grupo de las Seis” rechazando el incremento a los valores catastrales de los Municipios. Lo del tema del “tarifazo” del transporte es discutible. Pero en ambos casos existe un gravísimo problema de fondo de la política mexicana: la simulación. Rebeca fue alcaldesa (dos meses, pero alcaldesa) y fue regidora y diputada, de manera que no hay pretexto para que no sepa la importancia que tiene el Impuesto Predial en las finanzas municipales. Gracias a gobiernos populistas que se negaron sistemáticamente a incrementar los valores catastrales, es que estos no se han movido en años, por el temor de los gobernantes de ser repudiados por los ciudadanos (lo mismo que ha ocurrido con las tarifas del transporte urbano); sin embargo el costo real de dar servicio a esa población ha ido en aumento año con año y la exigencia de la sociedad por mejorar la calidad en aumento. El Predial no ha aumentado, lo que se requiere es actualizar los valores catastrales de las propiedades a fin de acercarlos a la realidad. Yo quisiera ver si cualquiera de las integrantes de ese grupo sería capaz de vender alguna de sus propiedades tomando como base el valor de catastro y no el precio comercial de las mismas. Pero los sueldos y los precios de los insumos que se requieren para dar servicio no son los mismos hoy que los que prevalecían la última vez que se aumentó el valor catastral y además, los apoyos económicos por parte de la Federación y el Estado han ido a la baja, ¿de dónde entonces quieren que los alcaldes saquen dinero para cumplir su cometido? En el caso del transporte pasa algo similar, pero más perverso aún. Las tarifas no han subido en años porque nadie quiere aventarse el tiro de quedar mal con la población, pero precisa y justamente por eso mismo es que han permitido que los prestadores del servicio hagan lo que les pega la gana, sin exigirles cumplir, en un círculo vicioso que nadie se atreve a romper. Más congruencia y sobre todo más análisis deberían aplicar las famosas seis, antes de tirarse a lo hondo de la alberca sin salvavidas, porque lo único que hacen es exhibir sus verdaderas intenciones de futuro.