El progreso siempre viene derivado de las armas. El horno de microondas y los alimentos liofilizados fueron conocidos primero por lo astronautas, que no dejan de ser militares, y mucho después por los terrícolas. Es una verdad poco difundida que las guerras chicas son campos de ensayo para las armas que luego se habrán de usar en las guerras grandes. Los conflictos Argelia, el Golfo Pérsico, Irak, Afganistán, o la franja de Gaza han sido laboratorios de nuevos desarrollos bélicos y de adiestramiento de soldados.
Guernika no es solamente un cuadro estremecedor de Picasso; es el nombre de un antiguo pueblo del país Vasco, que el 26 de Abril de 1937 en plena Guerra Civil Española, fue destruida por los bombardeos de los aviones de la legión Cóndor de la aviación alemana. Estaban ensayando para la Segunda Guerra Mundial que en 1939 iba a desatar Hitler con la invasión de Polonia. Según el recuento de una oficina del gobierno de Franco, el 86 por ciento de las edificaciones de Gernika fue totalmente destruido; el resto, gravemente dañado.
A escala, lo mismo está sucediendo con la guerra de Ucrania. Los Estado Unidos, por medio de los ucranios, están probando la eficacia de unos misiles de mediano alcance que ya consideraban obsoletos, y que han puesto en manos de Ucrania para que se defienda de los rusos; luego, ha dado luz verde a Zelenski para que mande los cohetes más allá de la frontera, a la tierra del invasor.
De inmediato, Vladimir Putin ha ordenado lanzar un cohete balístico convencional de largo alcance sobre la capital ucrania, Kiiv, acompañado de un mensaje que dice “el problema de Ucrania ya es mundial”. Quiera decir eso lo que quiera decir. Como si los conflictos bélicos internacionales fuesen juegos de video para adolescentes.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (mientras son peras o son frutas del mismo olmo): La desaparición al vapor , disfrazada de lucha anticorrupción nunca documentada, de los organismos autónomos que representaron una mínima barrera a los abusos e ilegalidades del gobierno, está consumada. Es parte fundamental del golpe de Estado técnico con el que Lopitos estuvo permanentemente amenazando. Todas las tareas de supervisión y vigilancia de los abusos del poder serán implementadas y llevadas a consecuencia…por el poder mismo. Como juez y parte, naturalmente.
A pesar del blindaje pretendido de que lo hecho, hecho está y no hay marcha pa´trás, es una falacia metida con calzador a la Constitución. Uno de sus enunciados fundamentales establece que el poder es del pueblo soberano, y que éste puede reformar la reforma cuando le dé su rechingada gana y se quite la venda de los ojos.