“Todo número es cero ante el infinito”
Victor Hugo
Hasta antes de la llegada del nuevo siglo, el mundo tenía claro una lección que recibimos desde pequeños, aquella que dice que el cero a la izquierda no tiene valor y así lo escribas una o mil veces, seguirá siendo un simple estorbo, pues carece de importancia.
Con la llegada de las computadoras, el siglo anterior, se hizo necesario uniformar el manejo de las fechas y para ello era necesario adoptar un formato; así, se decidió que deberíamos escribir el año completo y los meses y días con dos dígitos para evitar un desorden en el acomodo de los archivos computacionales, de manera que a los primeros 9 días del mes se les agregó el mentado cero a la izquierda.
Y uno comprende, es necesario por cuestiones de formato, de orden, de mantener la misma cantidad de dígitos para señalar una fecha, pero eso no varía la máxima de que el cero a la izquierda no vale nada, es más, no existe.
Derivado de lo anterior, las nuevas generaciones consideran de lo más común el escribir esos primeros días de cada mes anteponiendo un cero y así lo plasman en todas partes, en sus comunicaciones, en anuncios, desplegados, publicaciones de redes sociales, en la televisión y ya nada falta para que también en la radio los locutores digan “el cero tres de diciembre”.
Tenemos a un montón de políticos y personajes que son un verdadero “cero a la izquierda”.
Ese formato tiene una razón de ser, pero no se justifica, de ninguna manera, el que se emplee a diestra y siniestra en cualquier lugar.
Detalles irrelevantes, pero que nos muestran los cambios en la vida cotidiana de nuestro mundo y que a fuerza de ver día tras día, terminamos aceptándolos como si fuese algo normal.