“Regale afecto, no lo compre”
Slogan publicitario
Si el tráfico de Monterrey le parece un martirio, prepárese, porque del 16 al 24 de diciembre la ciudad entera se convertirá en un macroestacionamiento durante todo el día gracias a las compras navideñas.
Si ya de por sí es un reto el utilizar las microcalles de Colosio y Brendita y cruzar por los trabajos de las Líneas del Metro en donde ves maquinaria, equipo, materiales, pero no trabajadores atizándole a la mezcla, si todos cruzamos con miedo el Túnel de la Loma Larga (no se nos vaya a caer en pedazo encima), agárrese, porque viene lo bueno.
Con la quincena y después los aguinaldos, los regios saldrán a tomar por asalto las tiendas para adquirir regalos y los insumos necesarios para la cena navideña y lo van a hacer con sus vehículos, en taxi o en transporte público, retacando los de por sí ya saturados camiones y llenando las banquetas de transeúntes para gozo y disfrute de los carteristas y los “mano-largas” que abundan en estas épocas.
Y no se puede evitar. No importa que la metrópoli se haya desconcentrado y que existan mil y un formas de adquirir productos en línea entregados a la puerta de tu domicilio, de todas formas el tráfico se hará un despiporre, ya lo verá.
Así que ármese de paciencia y si tiene citas salga con unas cuatro horas de anticipación, así vaya a un lugar cercano, porque de seguro se topará con un embotellamiento de esos en los que “ni pa’delante, ni pa’tras”.
La única recomendación que puedo hacerle es utilice la prudencia, sobre todo si va acompañado de su familia, porque hay muchos cafres sueltos, muchos loquitos braveando envalentonados y que además de llegar a las manos, pueden estar armados y la verdad, morir por un cerrón o por no darle el paso a un atrabancado, no vale la pena.
Viviremos en Monterrey el infierno en diciembre, justo en la época de navidad.