“Después de los cuarenta años la verdadera cara la
tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás”
Julio Cortázar
La oferta gastronómica del Monterrey reciente ha crecido enormidades y es posible degustar platillos de todo tipo de cocinas y lugares; hay hoy una importante cantidad de franquicias instaladas en la metrópoli y muchos negocios que ofertan platillos de especialidad, sin embargo por mucho que lo intenten no alcanzan las cotas de algunos que antaño marcaron huella en la vida regiomontana.
Era otro Monterrey, pero a mis más de 60 años recuerdo aún el sabor exquisito de las que creo fueron las primeras hamburguesas al carbón que se prepararon en la ciudad y que se servían en “La Suiza”, un pequeño local instalado en la avenida Gonzalitos, en el estacionamiento de Julio Cepeda, mismo lugar que después ocupó una de las primeras sucursales de Kentucky Fried Chicken.
El sabor de aquellas hamburguesas y las papas a la francesa que hacían eran único. Regularmente mi padre y sus hermanos acudían a comprar hamburguesas ahí los fines de semana para alimentar a toda la tropa de primos que nos encontrábamos reunidos en casa de los abuelos en Mitras Centro.
Aún recuerdo el logotipo del restaurante en la pared de ladrillo a un lado de aquel pequeño local.
Hoy las cosas han cambiado y hay montones de hamburguesas al carbón, como las “Del Río” o las de “El Chino Jr.”, pero la verdad, como decía una querida amiga que fue mi secretaria hace algunos años: “Saben a lámina acanalada de cartón”.
Seremos muy modernos y muy internacionales, pero lo cierto es que las nuevas generaciones nunca podrán disfrutar de aquellos manjares que comimos hace años y que forman parte de la historia de nuestra ciudad.