Se pusieron las pilas los legisladores locales y enfrentaron temas, atrasados, desviados y desdeñados, resolvieron dos asuntos controversiales que anquilosados se guardaban en diván de los temores y las complicidades.
Exigirle cuentas a la UANL y aceptar candidaturas independientes, de las que debo confesar con honestidad, que en la primera celebro a plenitud, en la segunda tomo asiento y guardo, si no un silencio convencido, sí convenenciero.
No hace mucho en la jaula del perico mayor, compartiendo exquisiteces preparadas por Pilarica, la segunda mejor paellera del país (el primer lugar lo ocupa un viejo periodista que escribe en Monitor Político), en compañía del próximo Director de la facultad de leyes de la Universidad de Nuevo León, Manuel Acuña y otros bebensales, saqué mi gato a retozar y volví a machacar el tema de la famosa “autonomía” universitaria, comentario que claro está, les cayó en el puritita región del bajo vientre y aceptaron a regañadientes que sí, la autonomía debe ser en la cátedra, la administración en la docencia, en la elaboración de horarios y demás yerbas, pero de los tesoros, ni madre; deben de rendir cuentas dónde, como, cuando y en que gastan la lana que les damos los sufridos contribuyentes.
Bueno a partir de ya, se dará y aplauso a los Diputados que sacaron por fin la pelota del cuadro.
El otro tema de lo que no estoy muy acorde es lo de las candidaturas independientes que están en la recta final para recibir autorización para que cualquier hijo de vecina aspire, inscriba y compita por un puesto de elección popular.
Mi argumento es de que si es harto difícil controlar a un Partido que cuenta con domicilio social, cédula, activos, actas protocolizadas, y membrecía reconocida, cómo se le va a hacer para la revisión de cuentas de una persona que hace las cuentas sobre las rodillas y firma documentos sobre la espalda de un compañero.
Me siento, guardo silencio, y tendré que sumarme a la voluntad popular, pero eso lo trataré en la próxima colaboración ya que estoy amenazado por la santa inquisición de que no sea tan rollero.
Lectores que gusten de ese estilo de escritura, escriban y manifiéstenlo, Dios los escuchará.