«Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se encuentran y fusionan”: Voltaire
Lo sencillo sería echarle la culpa a la mala suerte, pero en términos de percepción y realidad no es posible.
Lo que le ocurre al alcalde de San Pedro, Ugo Ruiz, no es mala suerte, es la suma de muchos factores, muchos errores, es el empecinamiento de administrar lo urgente, que no lo importante, de fijar la mirada en el árbol y no en el bosque, es, en síntesis, la falta total de estrategia y planeación.
El deslave en un terreno de Ricardo Margáin ocurrido ayer que estranguló la vialidad no es culpa de Ugo, es cierto, pero lo que sí es su responsabilidad es el encontrar soluciones para dar respuesta a los ciudadanos afectados.
Lo ocurrido en Tanarah hace apenas unos días no les sirvió de experiencia y la paciencia de los sampetrinos se agota y el daño en la imagen como servidor público del alcalde y sus colaboradores, es monumental.
Súmele el conflicto por los parquímetros, el escándalo por los permisos de la anterior administración en Desarrollo Urbano y el enorme rezago que ahora tienen, el incremento en los índices de inseguridad, el lío de Avispones que no se ha terminado de resolver… la lista es larga y cada día acumula más pendientes.
El accionar de un gobierno no se puede detener para resolver pendientes. Tiene que sumar y seguir, tiene que ir contestando a los problemas de bote-pronto y además de manera positiva e ir al mismo tiempo sembrando semilla.
¿Cuál será la imagen que dejará Ruiz al final de su administración? A casi un año de haber llegado a la alcaldía sampetrina, son muchos los militantes del PAN que se comen las uñas ante la posibilidad de que, por la actuación de Ugo, su partido pueda perder la que todos conocen como “La Joya de la Corona”.
El tiempo vuela y al alcalde de San Pedro le queda sólo lo que resta del presente año para recomponer el paso y activar a su administración. Es imprescindible un golpe fuerte de timón, una sacudida, un manazo sobre la mesa para poner orden y resolver todos los problemas para, entonces sí, ponerse a trabajar en su propio proyecto, en sus ideas, en su legado.
¿Qué pensará Ugo de los cantos de sirena que le hacían sus incondicionales allegados hace algunos meses cuando le decían que él podía ser el candidato del PAN a la gubernatura en el 2015?
En política la suerte no existe, se la crea uno mismo.
