Termina el cónclave perredista, el Pacto por México sigue, se abre la reelección a expresidentes con dedicatoria al caudillo Cuauhtémoc Cárdenas; pena ajena que la izquierda más fuerte, que se declara progresista, voltee al pasado para reinventarse; vaya, impensable que un partido progresista no tenga más figuras que Cárdenas y más recientemente AMLO. De la encerrona, el gran perdedor es Marcelo Ebrard. Para Marcelo no hay mucho en el PRD del presente, con AMLO le queda la sombra. El liderazgo no se inventa, tuvo igual plataforma que Cuauhtémoc y Andrés Manuel y no logró la dirigencia del PRD, menos la candidatura presidencial. ¡Se desinfló el carnal!
