Por: Omar Elí Robles
No me es muy simpático eso de agarrar un mes para andar todos de rosa… jugar con balones rosa… batear con bates rosa… usar corbatas rosa…
Es como el espíritu navideño, que nos impulsa a ser unos cuantos días, como debiéramos ser todo el año.
Pero amo a las mujeres…
No necesito ponerme prendas rosas para demostrarlo.
Las amo y disfruto por ejemplo, la perspectiva de un Cabildo en Monterrey, conformado por 12 mujeres.
Será un ejercicio fabuloso ver y escuchar a Carlota Vargas…
Y supongo que Margarita Arellanes y Sandra Pámanes serán gobierno de altura…
Es una oportunidad de aprender, para las panistas y las mujeres de todos los partidos.
Con este Cabildo a Monterrey debe irle excelente, y bien harán las jóvenes damas panistas que tienen cargos de regidoras o síndicas, en abrir la mente… tomar conocimiento y experiencia que les será vital en su carrera.
Esta perspectiva difiere de lo que se deja ver en el Congreso del Estado…
El PRI solamente una mujer… ¡Una mujer!, para toda una bancada de 15 legisladores.
El PANAL nos regala el regreso de Dolores Leal… y el PAN, de 20 legisladores, nos entrega una cuarta parte de mujeres diputadas.
Pero a excepción de Rebeca Clouthier, quien arrebata lo que cree le corresponde, el resto no es invitada a participar en las grandes decisiones de bancada…
Sin mujeres la propuesta se empobrece.
Con mujeres es otro boleto, otra manera de ver, otra forma de encarar.
¿Y qué me cuentan del Gobierno del Estado?
Allí, aunque se vistan de rosa, la misoginia se asoma…
A María Elena Chapa pretenden acallarla… a Juana Aurora Cavazos la traen amenazada… olvidan cumplir con la cuota de género en las candidaturas…
¿Eso es aprovechar la sensibilidad, el sentido común y la sapiencia de las mujeres?
¡Por favor!
Por eso les digo, de nada sirve ponerse trapos rosas… si los trapos son solamente eso…
La pantalla que cubre la desnudez.
