El hoy, libre Estado soberano de Nuevo León, se encuentra atado en una maraña burocrática, ya que, la mayoría de los funcionarios de nivel, que se les otorgó la confianza para librar el Estado de las cadenas de la corrupción, rezan para su propio santo, por lo cual, el avance que debería tener la entidad se ha alentado y en cambio se ha enfatizado el descontrol por la falta de lealtad.
La Famosa GRILLA, entre los funcionarios, vive en los pasillos de la “Gran casa de Cantera”, pues como los puestos fueron otorgados por mandos diferentes y líneas encontradas, no engrana la gran maquinaria como debería, ya que anteponiendo la confianza conferida a cada uno, estos responden con evasivas ante su mandatario único.
Por lo cual el mandatario tiene que adentrarse a las diferentes líneas establecidas, para reordenar las situaciones caóticas, y directamente controlar y solucionar las circunstancias derivadas del desorden; por lo que, lo que debería de ser una pirámide del poder funcional, se convierte en una telaraña de dimes y diretes.
La entrega y lealtad de los servidores públicos hacia su Jefe institucional debe y deberá ser única y esta tendrá que ser enmarcaday revestida de armadura cubierta de confianza y sobriedad, atando los eslabones de la enmienda conferida a cada uno en particular, para lograr un Gobierno Titánico e independiente del pueblo y para el Pueblo.