Lo PEOR que se le puede ocurrir a cualquier gobierno es solapar a un organismo especializado en crear conflictos, usar las protestas como método político, la intimidación, las amenazas y la demagogia para extorsionar a la ciudadanía. Se ha visto durante ya más de treinta años en Oaxaca y la sola detención de sus líderes ha levantado una tolvanera en todo el país llenando las calles, nuestras calles, la suya amable lector, la de su vecino, la de sus compañeros de trabajo, las mismas que han pavimentado mal con nuestros impuestos, hasta atiborrarlas de manifestaciones. Sus lideres tienen la idea de que sacando a los maestros de sus aulas para dar pie a una interminable lista de caprichos que a todas luces contravienen las leyes que los acotan y les marcan un alto a sus privilegios, van a derribar una ley aprobada por los partidos en el Congreso y el Senado ya con la rubrica del presidente. Lo cierto es que en este país, noble, bueno, entrañable, los maestros enquistados en la clase gobernante, han hecho lo que han querido. Han vivido prendados de la ubre presupuestal sangrando los recursos del estado en beneficio de unos pocos y en perjuicio de los estudiantes mexicanos.
Véase el caso de la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. No se tratan de maestros que estén interesados en estudiar un segundo idioma, una licenciatura en filosofía pedagógica, ni diplomados en cuestiones que tengan que ver con liderazgo, higiene mental, recursos no renovables, ni robótica. Son en el peor de los casos la viva encarnación de la más oscura clase burocrática huevona, sin escrúpulos y corrupta hasta el tuétano que no le importa salir como reses a entorpecer la vialidad, tomar la entrada a los edificios que ocupan los poderes del estado, emprender acciones vandálicas y hacérsela de pleito a cuanto automovilista les reclame su proceder, por poner en riesgo su trabajo, su jornada y su seguridad. Si obedecen en estas manifestaciones las ordenes de un líder mesiánico y enano de miras que tras fallidos intentos por hacerse del poder, neciamente se niega a admitir que 63 millones de mexicanos no votaron por el, solo confirmara la naturaleza de su oscurantista proceder. Su inconformidad con la nueva realidad laboral no los habilita para actuar de esa forma tan primitiva y deplorable. Ya lo advirtió el gobernador; habrá consecuencias si insisten en hacer su relajo.
¿Quién es un mejor maestro? ¿Aquel que se capacita, expande sus habilidades, se actualiza y se pone a disposición del pueblo desde las aulas o el que reniega por lo que le pagan, extorsiona y manipula desde una postura ni siquiera política sino grillera, valemadrista y rijosa? ¿En manos de esos zanganos esta la educación de las siguientes generaciones de mexicanos? ¿Estarán entre esos que ya llevan más de una semana estrangulando vialidades, avenidas, arterias principales UN SOLO GANADOR DE UN PREMIO NACIONAL A LA ENSEÑANZA?
Por otro lado están aquellos que se organizan al son que papa gobierno les toque y hasta su partidazo les compuso para aquello que pudiera ofrecerse. Una cajita llena de premios a manera de huesitos; para el lider charro que aporto votos en la campaña la diputación, para la delegada la lipo que pidió porque con sus adeptos tumbamos un distrito, la alcaldía para aquel otro con el encargo de saber que hacer cuando llegue el presupuesto. La miscelanea es tan amplia como el numero de cucarachas existentes abajo de una estufa sucia.
¿Qué argumento político tienen esa horda de alacranes mal acostumbrados que no sea la perdida de privilegios para justificar su proceder? ¿No llenan con el dinero asignado que en cifras equivale a todo lo recaudado por el Impuesto al Valor Agregado a nivel federal? ¿De qué demonios le sirve al país tener uno de los más altos presupuestos a nivel mundial asignados a educación si todo se lo tragan esos mazacotes insaciables en centenarios de oro, hummer´s, vacaciones a las Vegas Nevada y cirugías plásticas para sus reyes del cacahuate que les reacomedoen todo lo que el diablo les dio? Nadie les ha dicho que más que maestros parecen padrotes mal vestidos, ostentándose como líderes sindicales, o delegacionales.
Ponga usted a cualquiera que le haya impedido transitar por la calle en la misma canasta donde van los desechos que el sistema genero durante décadas y vera que no hay diferencia alguna entre eso y purgar a una mascota domestica para que expulse de una buena vez por todas los parásitos que amenazan con asesinarla desde el interior de su organismo. Sanguinolentos salen los gusanos, virulentos, como enojados, empapados de sangre. Compárelos con los desgraciados que trasquilaron a sus compañeros gremiales por no hacerles segunda ¿Qué diferencia les haya? Ninguna porque son igual de nocivos.
Entonces, si el Bronco ya lo advirtió solo queda una recomendación. Sáqueles la vuelta y deje que las autoridades se encarguen de darles lo que se merezcan así sea duro y a la cabeza.
