¿Que habrá tomado nuestro ex amado Bronco el día del mega berrinche?
Para mí que andaba borracho o dopado cuando, como novio despechado, se salió de sus cabales y cortó con el periódico El Norte.
En lo que asemeja
un «idilio de adolescentes» el gobernador y el periodicote se regresaron las fotos y sus cartitas de amor, para iniciar un trance donde el odio y el rencor enturbia ahora la relación.
La nota de la discordia, que provocó tal ruptura fue una publicación en la que presuntamente el mandatario se gastó 7.4 millones de pesos en la portada de una revista baladi y en vallas publicitarias para promocionar su imagen, terco en su pretensión de buscar la presidencia de México.
Por esa afrenta El Bronco tachó de mentiroso al periódico, amenazó con demandarlo penalmente y echó pestes a su dueño, el empresario Alejandro Junco de la Vega, de quién dijo, se pasea en helicóptero todo el santo día.
Con los ojos inyectados de ira, Jaime Rodríguez Calderón le reclamó al rotativo el desaire.
Jamás imaginé que el romance acabará en forma tan abrupta.
Atrás quedaron los días felices. La época de ensueño de la campaña a la gubernatura, en la que candidato y periódico caminaron juntos tomados de la mano y las ocho columnas destilaban «amor del bueno».
La luna de miel, se convirtió en luna de hiel y en un ataque de rabia el de Galeana, despotricó contra el rotativo, cuestionó su credibilidad y puso en entredicho su ética.
En aquella ocasión señalando con índice de fuego al reportero Ángel Charles le reprochó;
«Próximamente haré una campaña de mi tequila [Bronco] y también me vas a cuestionar. Yo no te cuestionaré a ti cómo el dueño de tu periódico [Alejandro Junco] se robó una calle en San Pedro, o cómo anda en helicóptero todos los días, de dónde saca el dinero para comprar el helicóptero, quién le paga el helicóptero, qué negocios tiene…”.
«Son recursos privados», reviró el reportero.
«Pues lo vamos a fiscalizar a ver si es cierto que son privados y buenos, y si no son recursos malos o mal habidos. O sea, ¿por qué él no confía en nosotros y nosotros tenemos que confiar en ustedes?,
A partir de hoy, remató visiblemente encabronado el mandatario: “cero noticias para El Norte…»
Después de aquel berrinche del gobernador, se prendieron los focos rojos en el matutino.
Directivos de las diversas secciones, desde Seguridad Pública hasta Espectáculos abordaron en la reunión editorial diaria de las cinco de la tarde el naciente conflicto Bronco versus El Norte.
Uno a uno los empleados de primer nivel fueron llegando Laptop en mano, dispuestos a recibir instrucciones del empresario Alejandro Junco de la Vega, el mero mero del «gigante de la calle Washington», según información que llegó a oídos de este picateclas.
Lo cierto es que los altos mandos de El Norte andan como toros en brama, molestos por lo que consideraron un ataque directo a la ética, honorabilidad y prestigio del periódico, lanzado por un gobernante cuyas palabras alcanzan otras dimensiones.
Por eso, la orden a los editores fue precisa y tajante: escudriñar archivos, contactar «gargantas profundas» e investigar con rigor de detectives el pasado, presente y futuro del gobierno independiente.
La estrategia es responder la deshonra con un golpe demoledor.
Pulverizar la poca credibilidad que aun queda de la autoridad estatal primero con impactos mediáticos sincronizados y dosificados.
El affaire Bronco-El Norte sacaría a la luz pública historias siniestras que arrastra Jaime Rodríguez Calderón como ex alcalde de Garcia poniendo acento en sus relaciones peligrosas.
La espiral de actos de corrupción en la que han incurrido miembros prominentes de su gabinete, magnificar la inseguridad galopante y las fallas gubernamentales del Bronco Team.
Para después culminar en el lanzamiento de una bomba noticiosa que se está elaborando con epicentro en fuentes de inteligencia de los Estados Unidos y que sería detonada en los momentos de mayor crisis del gobierno estatal.
«La consigna de El Norte es tumbar al gobernador, no me queda duda, van a cobrar venganza, lo quieren ver derrotado incluso en la cárcel. Así se la gastan los Junco, la suerte del Bronco está echada», me comenta un avezado periodista al que consulte, que colaboró por casi once años en la sección de Reportajes Especiales del periódico y que conoce a profundidad sus entrañas.
Total, huérfano de asesores políticos eficientes y con un equipo de comunicación social inoperante y frívolo, frente al primer gobernador Independiente de Nuevo León se cierne un negro panorama que anuncia tormenta.
La situación del gobernador se torna preocupante y nuestros deseos son:
Que haga un alto en el camino para reflexionar, cancelar sus ocurrencias, moderar sus acciones, sacar la casta y enfrentar con inteligencia la embestida que viene.
De lo contrario podría terminar sus días en el ostracismo politico y en el peor de los casos en uno de los conflictivos penales del Estado.
Ahí se las dejo.